Es tiempo de República: por un referéndum vinculante sobre el modelo de estado

 

Es tiempo de República: por un referéndum vinculante sobre el modelo de Estado

Diferentes asociaciones, fundaciones, y partidos políticos aragoneses reclaman “un referéndum vinculante sobre el modelo de Estado” ante la gravedad de las informaciones sobre la Casa Real.

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Manifestación en Zaragoza por la República en 2014. Foto: Eva Ponz

En el manifiesto firmado por Afaaem, Amehita, Amical de Mauthausen, Anticapitalistas Aragón, Armha, Asoc. Fosa a Fosa, Asoc. Justa Mmemoria de Novallas, Asoc. Para La Recuperación Democrática de Belchite “Mariano Castillo”, Asoc. Sobrarbense La Bolsa, AAVV Torrero-Venecia, Ateneo Republicano de Zaragoza, Charata, CNT Cinca, Consulta Popular Monarquía o República en Aragón, CUT, Fundación Bernardo Aladrén, Fundación 14 de Abril, Izquierda Unida, Mhuel, Pama, PCE, Podemos, y UJCE, se “repudia la actuación de Juan Carlos de Borbón”, denuncian “las facilidades dadas por miembros del Gobierno y por la Casa Real para su salida”. reclaman “que sea juzgado”, asimismo aseguran que “es tiempo de decidir, libre y soberanamente”, y exigen “un referéndum que permita al pueblo decidir si quiere una monarquía o una república”.

Este que sigue es el texto íntegro del manifiesto:

Lo sucedido con Juan Carlos de Borbón escandaliza a una buena parte de la sociedad española. Ahora que hay serias posibilidades de que se reabran los casos de presunta corrupción en relación con comisiones ilegales, cuando la fiscalía suiza tiene abiertas diligencias por casos de blanqueo de capitales, cuando se conoce que el proceso abierto por Anticorrupción, en septiembre de 2018, por presunta corrupción en las transacciones internacionales durante la construcción del AVE a La Meca se han trasladado, por orden de la Fiscalía General del Estado a la Fiscalía del Tribunal Supremo, el abdicado rey se marcha. Se va con sus maletas llenas de los beneficios que, de manera opaca y alevosa, ha obtenido gracias a sus prebendas y a la inviolabilidad y falta de responsabilidad de sus actos que le daba la Constitución vigente. Se va porque está presuntamente implicado en estas tramas corruptas. Se va, en vez de romper con la opacidad de la Jefatura del Estado, manteniendo la falta de transparencia de la misma, evitando ponerse a disposición de la Justicia y sin dar explicaciones a una ciudadanía inmersa en plena crisis social, económica y sanitaria.

Su salida del país, tal y como reconoce la Vicepresidenta Carmen Calvo, ha sido apoyada, puede que incluso auspiciada, por el propio Presidente Sánchez y parece, también, que de acuerdo con la Casa Real y el actual Jefe de estado, Felipe VI. Lo que sabemos demuestra, una vez más, las prebendas y privilegios de los que, a diferencia del resto de la ciudadanía, disfruta la familia real.

Repasando la historia vemos a seis reyes exiliados, en poco más de doscientos años, que marcan el fracaso del sistema monárquico en la España contemporánea. El mal gobierno, la corrupción y un gusto evidente por soluciones autoritarias definen sus reinados. Golpes de estado de hijos contra padres, enriquecimientos ilícitos o connivencia con dictadores son algunos ejemplos de prácticas demasiado frecuentes con tales personajes detentando la Jefatura del Estado.

Sin embargo, no es solamente su profunda sinrazón en el desempeño del poder lo que denunciamos, sino el carácter inherente de semejantes actuaciones a la institución monárquica. Un sistema que define a su figura primordial por su irresponsabilidad está sentando las bases de un gobierno despótico, o cuando menos caprichoso. Y esto, unido al origen divino de sus prebendas, no puede sino desembocar en personajes concebidos para ejercer su voluntad con profundo menosprecio del cuerpo social. Cualesquiera de los monarcas mencionados anteriormente puede ser ejemplo de ello.

La monarquía, parlamentaria o no, es una institución antidemocrática y machista, basada en privilegios heredados, con la gravedad de que, en el caso de España, han sido heredados de un régimen fascista, asesino y corrupto, y, además con su vinculación a voluntad divina, destinada irremisiblemente al poder por nacimiento, colisiona con el concepto básico del derecho político moderno: La soberanía popular. Su propia existencia pone límites a la misma y menosprecia un principio tan esencial y tan ilustrado como el que establece que el poder, sola e inequívocamente, reside en el pueblo.

Obligada desde un principio a la asunción de sus propios actos, con sus orígenes primigenios en la voluntad popular, enraizada por sus propias limitaciones temporales al cumplimiento de principios éticos estrictos, la República se basa no en su relación con la divinidad sino en una vinculación fieramente humana con la sociedad a la que organiza. La República es el camino para una regeneración de nuestro sistema político y de la vida pública.

Una vez más en nuestra historia, “Delenda est Monarchia”, la Monarquía debe ser destruida. Sus orígenes políticos arcaicos, su menosprecio a principios fundamentales de la moral pública y su vinculación al pasado muestran una vez más su incapacidad y la condenan.

Es tiempo de decisiones. Es el tiempo de que el pueblo, que resistió al franquismo y trajo la democracia a España, se exprese directamente sin intérpretes ni subterfugios. Es tiempo de República.

Por todo ello, las organizaciones firmantes de este manifiesto repudiamos claramente la actuación de Juan Carlos de Borbón, denunciamos las facilidades dadas por miembros del Gobierno y por la Casa Real para su salida y reclamamos que sea juzgado.

Insistimos en que la monarquía es una anacrónica institución feudal que debemos erradicar de nuestro país.

Por eso decimos que es tiempo de decidir, libre y soberanamente, si queremos ser súbditos/as o ciudadanos/as.

Reclamamos un referéndum que permita al pueblo decidir si quiere una monarquía o una república.

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