Y la República ¿para cuándo?
Y la República ¿para cuándo?
La constatación, a través de la sentencia de la Gürtel, de que estamos gobernados por una banda criminal que ha estado esquilmando a los españoles tanto en beneficio del propio partido como personalmente de sus representantes más notorios, ha destapado la caja de los truenos… pero poco.
Poco porque un escándalo de tamaña magnitud (aunque administrado en muchas y no pequeñas dosis) debería tener una respuesta masiva y contundente de toda la sociedad española (frikis del Partido Podrido excluidos) ya sea espontáneamente, ya canalizada por los partidos democráticos. Por todas partes se oye y se lee que un cataclismo semejante habría tenido una repercusión incomparablemente mayor en cualquier otro país de nuestro entorno. En primer lugar, por parte de los encausados pero, principalmente por parte de los afectados que somos la mayoría.
Porque aparte del latrocinio y del empobrecimiento ciudadano que representa, además de la degradación de las instituciones del estado para uso particular, un partido que ha estado gobernando mediante el robo y la estafa, no debería seguir ni un minuto más a cargo de las instituciones del estado. Ya que no por vergüenza propia, por exigencia democrática.
Porque el robo les ha servido para jugar con ventaja en su publicidad institucional y para ganar, ya podemos decir que fraudulentamente, las elecciones que los han mantenido en el gobierno. ¿En qué asociación de cualquier tipo se aceptaría una corruptela semejante? En ninguna, faltan calificativos para describir esta anomalía en lo más representativo del estado de derecho.
Y, mientras tanto ¿qué dice el supuesto “jefe del estado” de todo esto? Sí, el mismo que en el caso catalán se puso inmediatamente en primera línea apoyando las tesis del partido gobernante y demonizando el resto de opciones. Ni se le ve, ni se le espera. El silencio cómplice por única (no) intervención. No podía ser de otra manera cuando este tinglado defiende los mismos intereses y las mismas formas.
Hace ya tiempo que es la hora de la República. Cada día es más evidente que hay que abrir puertas y ventanas para que entren renovados aires. Y que estos no vendrán de la mano de los que han estado pervirtiéndolo todo por sus mezquinos intereses.
Es hora de que todos los que, abiertamente, nos declaramos republicanos unamos nuestras fuerzas en todo el estado y presentemos una clara alternativa de izquierda y republicana. Por una República del siglo XXI: social, laica, federal, feminista. Que trabaje por el pleno empleo y contra la precariedad laboral; que apoye decididamente al mundo del trabajo y contra la especulación; que proteja y defienda a las personas mayores en su jubilación y en su dependencia; que valore a la juventud en su presente y su futuro; que defienda derechos y libertades antaño conseguidos y ahora pisoteados como la Libertad de Expresión; que abogue por y defienda la Cultura con mayúsculas y en todas sus vertientes…
Es hora de ir a un Proceso Constituyente que abra las puertas a un cambio radical en nuestra sociedad, que limpie de arriba abajo las contaminadas instituciones, que remueva los cimientos y no se conforme con un lavado de fachada.
Zaragoza, 29 de mayo de 2018. Jesús Escartín Otín
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